Trabajo doméstico

El comentario se centra en el análisis del trabajo doméstico, desde un punto de vista productivo y con un enfoque de género, examinando sus implicaciones socioeconómicas y de igualdad.
Existen dos enfoques encontrados; por un lado, el enfoque que considera que el trabajo doméstico produce valor de uso para consumo inmediato y no para el intercambio social. Por otro lado, otro enfoque opuesto señala que el trabajo doméstico produce la mercancía “fuerza de trabajo”, que se intercambia dentro de la familia.

Históricamente siempre se ha relacionado este tipo de trabajo con el género femenino, por aspectos económicos (el coste de oportunidad de la mujer es menor debido al salario inferior que recibiría en el mercado laboral), y por otro lado un enfoque biológico (que se justifica por el papel protagonista de la mujer en el hogar por su mayor eficiencia en las labores domésticas).

trabajo domestico

Como comentamos en clase, el trabajo doméstico implica una tarea diaria necesaria para dar satisfacción a las necesidades de sus miembros, como alimento, vestido, descanso y otras, y así permitir el rendimiento de cada miembro de la unidad familiar fuera del hogar en sus respectivas tareas remuneradas (teoría del iceberg).
La cuestión clave es si el trabajo desarrollado por el ama de casa es productivo o no, en nuestra opinión, genera un valor a través de la función de producción doméstica, imprescindible para el normal desarrollo de los miembros de la sociedad y susceptible de ser cuantificado para tomarse en consideración en los cálculos de la producción nacional. Establecer un valor de la producción doméstica que permita contabilizar su contribución al PIB.

Todo esto dicho anteriormente no hace más que poner de manifiesto el significativo papel que juega la discriminación en contra de las mujeres en lo que se refiere a las diferencias salariales y las altas diferencias de tasa de empleo en los diferentes sexos, todo esto genera desigualdad y pobreza económica.

Lo que si es cierto que cada vez, estas diferencias son cada vez menores y por tanto la mujer esta ocupando poco a poco mayor importancia y por lo tanto mayor peso en el total de la población activa, lo que repercute además en cambios en el hogar, debido a que cada vez en más hogares, los dos cabezas de familia trabajan y además el hombre, cada vez más, ayuda de una forma más activa a las labores o trabajo doméstico.

Para finalizar, comentamos el siguiente gráfico, el cual nos muestra la distribución de trabajadores domésticos por sexo (a la izquierda) y por regiones (a la derecha).

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Podemos comprobar como la mayor parte del trabajo doméstico es realizado por mujeres (83%), siendo sólo un 17% los hombres que realizan este tipo de trabajo. Por lo que se puede ver, como hemos reflejado anteriormente, que se va progresando “algo” en este tema, pero que todavía son las mujeres la que principalmente desempeñan este papel, debido a la cultura, religión y creencias que predomina en nuestra sociedad desgraciadamente.
Por otro lado, vemos como en Asia, Latino América y el Caribe predominan las mujeres que realizan trabajo doméstico. Esto es debido básicamente a la cultura machista de estos países.

Nuestra conclusión final es que las trabajadoras domésticas desempeñan un papel fundamental en el bienestar y la estructura económica de una sociedad. Sin embargo, se encuentran entre las trabajadoras que son más a menudo cruelmente víctimas de los peores abusos.

12 pensamientos en “Trabajo doméstico

  1. Estoy de acuerdo con la noticia, en el sentido que históricamente las tareas domésticas han estado ligadas a la mujer, pues los salarios eran mayores en un mercado laboral para los hombres que para éstas, lo cual acarreaba que la persona que saliera de casa a trabajar fuera la que pudiera aportar mayores ingresos en el hogar, y por la discriminación o desigualdad que ha existido en este contexto la mujer, era el hombre quien trabajaba fuera del hogar, dejando las tareas domésticas exclusivamente para las mujeres.
    Menos mal que poco a poco va desapareciendo esta desigualdad y este machismo, sobre todo en los países industrializados donde las mujeres han ido accediendo al mercado laboral.
    Estoy de acuerdo además, en que las trabajadores domésticas desempeñan un papel fundamental en el bienestar y la estructura económica de una sociedad, pues estas laborales son esenciales para el mantenimiento de la vida, aunque no son reconocidas como se merecen.

    Marina Orta González.

  2. Como bien nos explican, el trabajo doméstico siempre ha sido cuestionado sobre si se trata de un trabajo productivo o no. Y, por otro lado, se ha vinculado más a la figura femenina. Sin duda, consideramos que el trabajo doméstico es un empleo como otro cualquiera, ya que trata de cuidar el bienestar de una unidad familiar o, como dice el texto, para satisfacer las necesidades de los mismos implicando un mejor rendimiento en ellos fuera del hogar. El caso es que, y estando de acuerdo con lo que se difiere en dicho texto, el hogar es el núcleo del bienestar de una persona, su alimentación, su higiene, etc. Por lo que, partiendo de esto, hace que el tener un elevado bienestar y/o salud sea consecuencia de un mejor desempeño de cada miembro en su trabajo conllevando a una mayor productividad. Por lo tanto, todo ello favorece la producción y el consumo de bienes y/o servicios. El trabajo doméstico, podemos ver que da valor a la sociedad y por eso es un trabajo más, que debe ser recogido legalmente. Además, se trata de un trabajo en el cual se desarrollan diferentes actividades de gran fuerza laboral que todas contribuyen a mejorar la salud y bienestar del miembro familiar, como si se tratara de una empresa. Una organización cualquiera trata siempre de mantener contentos a sus clientes con la calidad de sus productos y servicios mediante la realización de diferentes tareas o actividades.

    Sin embargo, a pesar de que vemos este tipo de trabajo como otro cualquiera, siguen existiendo desigualdades entre hombres y mujeres, no sólo en el trabajo doméstico si no en muchos otros. No obstante, sí es cierto que la labor doméstica se ha asociado desde siempre más a la mujer, y por ello es el trabajo más discriminatorio que hay. Aunque en la actualidad se ha progresado bastante con esta situación, no por ello deja de existir diferencias salariales entre hombres y mujeres, y ante todo vincular el trabajo doméstico a la figura femenina, concibiendo este empleo precario e inestable.

    En definitiva, es un trabajo que siempre va a estar relacionado con la mujer, aunque intentemos que sea visto por ambos sexos. Pero desgraciadamente, aun persisten unas creencias y una cultura que favorece dicha situación.

  3. Como bien es sabido, siempre se ha asociado el trabajo doméstico a la mujer. Esto se debe, tal y como se comenta en la noticia, a que el género femenino se considera el más capacitado para realizar las tareas del hogar. Otro factor, es que el salario de la mujer en el mercado laboral es menor que el del hombre, por tanto, el hombre es el que tiene un trabajo fuera de casa mientras que la mujer realiza las tareas domésticas.
    En las últimas décadas, en nuestro país este concepto ha ido cambiando, siendo cada vez menor la diferencia entre sexos debido a una mayor aceptación y una mayor igualdad de la mujer en el mercado laboral. Por otra parte, en otros países siguen predominando estas creencias y culturas, donde aún la mujer no ha encontrado un hueco social para realizar tareas no relacionadas con el trabajo doméstico.

    El que el trabajo doméstico sea considerado un trabajo que aporta valor, es un tema bastante discutido teniendo una amplia diversidad de opiniones. Si es cierto que el trabajo doméstico no aporta un valor a la sociedad como tal pero sí a su núcleo familiar, y este valor aportado a los demás miembros de la familia desencadena indirectamente en una mayor productividad y dedicación de estos en sus respectivos trabajos, ya que no tienen otras tareas fuera de éstos que realizar, y por tanto, un mayor valor productivo a la sociedad.

    Visto esto, y como conclusión, entendemos que el trabajo doméstico podría ser considerado como productivo, de forma indirecta, pero productivo. El cómo sea considerado o cuantificado sería otro largo debate que creemos que no muy tarde comience a surgir en nuestra sociedad y su cultura.

    Sara Rodríguez Díaz

  4. Estoy de acuerdo con la noticia, pues el trabajo doméstico durante muchos años se ha relacionado como una carga exclusiva de las mujeres, aunque hoy día la mujer está ocupando mayor importancia y mayor peso en la población activa. Pero me gustaría decir que aunque la mujer se haya incorporado al mercado de trabajo, para algunas les es algo difícil mantener un trabajo a tiempo completo porque tienen que realizar las tareas domésticas, por lo que tienen que optar por trabajo a tiempo parcial. Además hay muchas mujeres que tienen que afrontar una jornada laboral fuera de casa y otra dentro cuando llegan del trabajo.
    Y por último estoy de acuerdo con que los trabajadores domésticos desempeñan un papel fundamental en el bienestar y la estructura económica de una sociedad ya que ella se decida a satisfacer las necesidades de los miembros de la familia y por consecuencia estos tendrán un mayor rendimiento en el trabajo, siendo más productivos.

    Carmen Carrillo Lozano

  5. En primer lugar, para opinar sobre los avances culturales o sociales con respecto al trabajo doméstico, creo conveniente, diferenciar el remunerado del no remunerado. Todos vemos ejemplos, más o menos cercanos, de abuelos, padres o hermanos que ayudan en las tareas del hogar, es decir, hoy día podemos hablar de un gran avance en el trabajo doméstico no remunerado. En cambio, en la relación laboral de carácter especial del servicio doméstico poca cabida tienen los hombres aún con los tiempos que corren. Por eso me gustaría destacar que en ambos tipos de trabajo doméstico, la igualdad debe ir de la mano de ambos sexos, aunque si bien es cierto que son menos los hombres que ofrecen estos servicios remunerados.

    Para no alargarme demasiado, concluyo con la idea de que el trabajo doméstico es igual de productivo que cualquier otro. Ayuda a ganar el tiempo de las tareas del hogar, pasando por limpiar el suelo hasta atarle los cordones a un hijo pequeño, tiempo que es medible y productivo en cuanto otros lo ahorran y, por tanto, lo pueden dedicar a sus relaciones laborales, de enseñanza y otras.

    – Irene Gómez Pavón.

  6. Como bien nos explican, el trabajo doméstico siempre ha sido cuestionado sobre si se trata de un trabajo productivo o no. Y, por otro lado, se ha vinculado más a la figura femenina. Sin duda, considero que el trabajo doméstico es un empleo como otro cualquiera, ya que trata de cuidar el bienestar de una unidad familiar o, como dice el texto, para satisfacer las necesidades de los mismos implicando un mejor rendimiento en ellos fuera del hogar. El caso es que, y estando de acuerdo con lo que se difiere en dicho texto, el hogar es el núcleo del bienestar de una persona, su alimentación, su higiene, etc. Por lo que, partiendo de esto, hace que el tener un elevado bienestar y/o salud sea consecuencia de un mejor desempeño de cada miembro en su trabajo conllevando a una mayor productividad. Por lo tanto, todo ello favorece la producción y el consumo de bienes y/o servicios. El trabajo doméstico, podemos ver que da valor a la sociedad y por eso es un trabajo más, que debe ser recogido legalmente. Además, se trata de un trabajo en el cual se desarrollan diferentes actividades de gran fuerza laboral que todas contribuyen a mejorar la salud y bienestar del miembro familiar, como si se tratara de una empresa. Una organización cualquiera trata siempre de mantener contentos a sus clientes con la calidad de sus productos y servicios mediante la realización de diferentes tareas o actividades.

    Sin embargo, a pesar de que percibimos este tipo de trabajo como otro cualquiera, siguen existiendo desigualdades entre hombres y mujeres, no sólo en el trabajo doméstico si no en muchos otros. No obstante, sí es cierto que la labor doméstica se ha asociado desde siempre más a la mujer, y por ello es el trabajo más discriminatorio que hay. Aunque en la actualidad se ha progresado bastante con esta situación, desgraciadamente no deja de existir diferencias salariales entre hombres y mujeres, y ante todo, no se deja de vincular el trabajo doméstico a la figura femenina, concibiendo este empleo precario e inestable.

    En definitiva, es un trabajo que siempre va a estar relacionado con la mujer, aunque intentemos que sea visto por ambos sexos. Pero desdichadamente, aun persisten unas creencias y una cultura que favorece dicha situación.

    -Virginia Díaz Domínguez-

  7. A pesar de que poco a poco las diferencias entre hombres y mujeres respecto al trabajo doméstico han ido disminuyendo, está a la vista de todos que aún sigue siendo la mujer la encargada de realizar estos trabajos en sus hogares (o fuera de ellos en el caso del trabajo doméstico remunerado). Esto es debido a la idea que aún tenemos, y que en mi opinión deberíamos erradicar, de que el trabajo doméstico no es un trabajo productivo.
    Tradicionalmente se ha discutido ésta idea y, en mi opinión, estando de acuerdo con el resto de mis compañeros, sí debería considerarse productivo debido a que repercute, aunque de forma indirecta, en la productividad y economía de nuestra sociedad. Cuando un miembro de la familia (en este caso, mayoritariamente son las mujeres) lleva a cabo este tipo de actividades (limpieza, cocina, cuidado de hijos, etc) invierte en ellas un tiempo y un coste que, por otro lado, los demás miembros de la familia ganan y se benefician de ello para desarrollar adecuadamente sus actividades productivas. Por tanto, es cierto que los que los principales beneficiarios de esta actividad son la propia familia pero, a largo plazo, también lo es el mercado.
    En cuanto a la idea de que la realización de este tipo de trabajo se haya venido atribuyendo a la mujer, considero que es una cuestión de la cultura machista que en otros tiempos predominaba en nuestro país pues, actualmente, cada vez son más los hombres que realizan estas labores y, sin embargo, esta idea de ligar el trabajo doméstico a la mujer sigue en pie apoyándose en que éstas son más eficientes en dichas labores o que reciben un menor salario en el mercado de trabajo, cuestiones que considero que son más bien una causa de esa atribución de mujer y trabajo doméstico más que una consecuencia de ello.

    Inma Martínez Garcia.

  8. Este tema es importante porque problematiza la condición de la mujer que trabaja fuera y realiza doble jornada de trabajo en el hogar y también plantea la condición de las trabajadoras domesticas. No se trata solamente de medir los costes o contratar especialista en el hogar, o disminuir la carga de trabajo de la mujer. El desafío es la ecuación del trabajo doméstico que necesita ser distribuido entre los miembros que viven en el mismo hogar. El problema no es el trabajo domestico. El problema es la cultura patriarcal que ha determinado que el trabajo domestico sea realizado sólo por la mujer del hogar que acumula el oficio de madre, esposa, educadora, cuidadora… y muchas otras tareas que la encarcelan en el hogar con dedicación exclusiva y a tiempo integral. Sin embargo, es necesario repensar también el tema de las trabajadoras domésticas. Este trabajo es uno de las menos valorados en la sociedad y las trabajadoras domésticas, muchas de ellas migrantes, no son debidamente respetadas en sus derechos laborales ni valoradas como mujeres.

    José Luís Pérez López

  9. En mi opinión, tras haber leído este artículo, primeramente, si nos adentramos en el análisis sobre el estudio del contenido del mismo, podemos comentar que estamos totalmente de acuerdo con la opinión de nuestros compañeros al respecto. Esto es debido a que en décadas pasadas y actualmente, el papel que desempeña la figura de la mujer en el mercado laboral es muy pobre en comparación a la que ocupa el hombre, ya que por razones culturales y religiosas, la mujer siempre ha sido infravalorada al hombre en cuanto al nivel de oportunidades de conseguir un puesto de trabajo.
    Por una parte, parece ser que de forma muy lenta, el hombre ha ido adquiriendo una importancia relativa en el ámbito doméstico, pero como ya hemos comentado anteriormente, la mujer sigue liderando las riendas de las tareas en el hogar.
    Por otra parte, nuestro grupo piensa que la causa fundamental de esta situación radica en el importante porcentaje de ocupación de puestos de trabajo del hombre frente a la mujer, con lo cual, al producirse esto, la mujer goza de un tiempo libre “extra” del cual no podría beneficiarse si tuviera una ocupación laboral y por ello puede dedicarse más plenamente a su entorno familiar, mientras que el hombre se encuentra inmerso en su trabajo diario dejando a un lado la importante función en el bienestar familiar que debería ocupar y no ocupa.

  10. como bien se refleja, trabajo doméstico se ha considerado tradicionalmente como una categoría excluida del análisis económico. Esta particularidad ha generado históricamente escaso interés de estudio.
    A lo largo del presente trabajo se pretende dar justificación a la importancia del estudio del trabajo doméstico, principalmente desde un punto de vista microeconómico, que argumente su condición de trabajo productivo, así como esbozar un análisis de género en el plano de los usos de tiempo dentro de la esfera doméstica.
    Finalmente, se hace referencia a la metodología de la Cuenta Satélite como instrumento para incorporar el valor del trabajo doméstico como trabajo productivo a tener
    en cuenta por la Contabilidad Nacional de los países.

    Cristina Coca Dominguez

  11. Como todos los que han comentado este artículo, yo también estoy de acuerdo en que el trabajo doméstico siempre se ha atribuido a la mujer, de hecho a pocos se nos vienen a la cabeza la imagen de un hombre cuando pensamos en ello. Aunque no formen parte del intercambio social (si lo entendemos como generador de riqueza monetariamente hablando), si ayudan a que este se produzca, pues el cuidado de los hijos y del hogar permite al hombre salir a trabajar y realizar ese intercambio; y esto es algo que se da desde el inicio de la vida humana como tal: el hombre salía a cazar y la mujer se quedaba al cuidado de los hijos y realizaba tareas de agricultura, más propias del hogar en aquella situación. Por ello históricamente la mujer ya llevado «esa carga». Sin embargo la mujer cada vez se está desprendiendo más de ello y acercándose más a la vida profesional (hablando bajo un punto de vista clásico) y es sustituida en sus labores hogareñas por otra persona contratada o instituciones,en el caso del cuidado de los niños, que le permiten llevar una vida completamente equiparable a la del hombre,sin entrar a hablar de la diferencia de salarios u oportunidades, que son las razones por las cuales es la mujer, y no el hombre, la que decide abandonar la vida profesional y volver al hogar, aunque insisto.. Esto está cambiando.

    Rocío Conde Martín

  12. Aunque bien es cierto que, por tradición, las mujeres han ocupado puestos de trabajos domésticos, mi punto de vista es que esto nunca ha sido justo, y más en los tiempos que corren, donde la mujer está integrada dentro del panorama laboral como es debido (aunque a veces se tienda a la discriminación en ciertos factores).
    Por otro lado, la importancia que tiene el trabajo doméstico es muy alta, la realización de éstas labores, es crucial para que el bienestar dentro del núcleo familiar y social sea notorio. Pero también este tipo de trabajo, en mi opinión, debería tener más peso en cuanto al ámbito económico nacional se refiere, pues se tiene a pensar que es una labor desinteresada que se realiza, pero que tiene un peso grande dentro de dicho bienestar social.
    Por último, mencionar el papel de aquellas mujeres que realizan de forma injusta el trabajo del hogar, además de realizar sus labores profesionales fuera del mismo, cuestión que es la que más puede preocuparme de forma directa, pues es algo que existe y que hay que erradicar igualando las competencias dentro del hogar.

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